Invisible: que no puede percibirse con la vista. Cualidad de un cuerpo físico visible de no ser visto en condiciones de luz normales para un supuesto observador. Lo que es esquivo y no se deja ver, que rehúye al sentido metafórico de la vista.
El título de esta exposición me vino de pronto a la cabeza un día, de esto ya hace 2 años, al estar pensando en encontrar un elemento en común entre los 5 artistas de esta exposición que vamos a celebrar. No ha sido nada fácil encontrar un lugar en común para estos cinco, porque cada uno de ellos es bastante diferente tanto en la naturaleza de su trabajo como en sus personalidades. Al final, se me ocurrió que el factor común de estos cinco pintores, era que ninguno de ellos se prodiga en exposiciones y son raras las ocasiones en lo que podemos verlos en exposiciones colectivas, y más difícil aún verlos en individuales. Es por tanto extraordinaria la oportunidad que tenemos hoy de poder verlos todos reunidos en esta sala y estamos muy agradecidos a la Fundación Madariaga por habernos cedido este magnífico espacio y también por toda la ayuda y soporte prestado para que felizmente se haya llevado a cabo.
La idea de reunir a estos 5 artistas partió de Isabel Andrada que una noche, al calor de unas cuantas copas, nos comentó que estaba ya algo aburrida y hastiada de ver siempre a los mismos artistas en las mismas exposiciones, y que ya era hora de organizar algo diferente con pintores que, por alguna razón u otra, estaban digamos fuera del ojo del avistador. Cuando en un principio nos animamos a organizar esta exposición, estábamos barajando varios títulos de la misma, y se nos ocurrían muchos nombres, algunos afortunados y otros menos. El primero y el más sencillo, era “los marginados” como resultado de lo ajeno que estaban estos artistas de los circuitos del arte, pero lo descartamos inmediatamente, porque simplemente, estos pintores no están de ningún modo al margen. El margen trae consigo la idea de centro, y en general, trae connotaciones negativas. El centro es lo correcto, mientras todo aquello que no descanse en este centro, es malo, burdo, incompleto, y fuera del orden. Ninguno de estos artistas entra dentro de lo marginal… Así que pensando, tuve una idea, me vino una imagen metafórica de la invisibilidad de los seres y de sus espíritus, de la fragilidad de lo esquivo. ¿Que son estos artistas sino esquivos al escenario común? Seres que rehúyen de los lugares artísticos públicos; por tanto, son invisibles al ojo público; lo invisible existe, aunque no se deje ver con facilidad.
No es que no sean invisibles por falta de interés, todo lo contrario, son cinco artistas muy interesantes, porque todos, en mayor o menor medida tiene a sus espaldas un curriculum bastante importante y han formado parte del panorama artístico que a partir de los años 80, surge tanto en Madrid como en Sevilla.
Estos cinco artistas son invisibles principalmente para los Señores del Arte, y con estas palabras, me refiero a galeristas, comisarios que, como los señores de la caza, son los que mandan y que, como caballeros de la guerra aparecen en los lugares comunes, causando el revuelo entre los artistas que sí quieren dejarse ver, para que, de esta manera, al ser vistos, existan y por supuesto cuenten con ellos para las exposiciones o cualquier evento que se celebre.
Sin embargo, en el bosque, mas allá de las limes del mundo conocido, hay una fauna rica y variada que tiene mucho interés cinegético. Los señores del arte, no son lo que antiguamente eran los galeristas, coleccionistas, merchantes y que, con añoranza todos tenemos en mente. Esos, los de antes de ayer, salían en busca del pintor, del escultor, del artista, novel o no, y los visitaban en sus estudios para encontrarlos en su entorno, en su ámbito, donde mejor y más cómodo están. Si no iba a visitar uno, visitaba a otro, y si no, se enteraba de todo lo que se movía de interés artístico en la ciudad. Eran personas con inquietudes y se pateaban los estudios para encontrar algo que les suscitaran su interés.
Actualmente, éstos apenas salen de su zona de confort, y no bajan al pie del terreno... se quedan quizás al acecho en sus puestos de caza, muy bien montados y camuflados y sólo esperan a que las presas aparezcan en el claro del bosque. Presas de tiro certero que no tardan en apelotonarse para ser avistados, fichados y en lista de espera para el calendario de exposiciones del año en curso., o del siguiente. No quieren, quizás por pereza o abulia, o por comodidad, salir al claro del bosque, donde aún hay mucha vida que se oculta, muchos individuos que ya sea por timidez, o bien porque genéticamente están hechos para permanecer al amparo de la oscuridad del bosque, no quieren exponerse a la luz y son esquivos a exponerse en el punto de mira de los señores del Arte.
Creo que esto es lo que tienen principalmente estos 5 pintores en común... Exponen raras veces, no se prodigan como la mayoría de sus colegas, y para seguir el símil de la caza, no les interesa medrar o deambular por la pradera porque su verdadero hábitat esta entre las paredes de su estudio.
Si nos acercamos también a un plano más particular del asunto, también diría que estos 5 artistas son todos y ante todo pintores, algo que ya quizás tengamos que hacer un esfuerzo por recordar porque creo que a muchos se les haya ya olvidado eso, algo tan simple como un pincel, unos colores y un amedrentador lienzo en blanco... y además de esto, por último, pero no menos importante una maravillosa mente en blanco que les de libertad para disfrutar de la pintura. Una mente que es tabla rasa libre de ideas pseudo intelectuales que te obligan a derivar el pincel y el color hacia objetivos muy distantes y distintos de lo que les marca la intención primera. O sea, el placer de pintar por pintar, la pintura como un objetivo en sí mismo, el color como protagonista y objeto y objetivo de la obra creativa.
Estos cinco pintores tienen en común que hacen lo que quieren o mejor pintan lo que le viene en gana, y esto ya de por si en un lujo. La pintura en sí es un lujo, el más grande de todos. Y ellos, los cinco, lo saben y han llegado un momento en sus trayectorias artísticas y personales, llamémosle madurez artística, que saben lo que buscan y lo encuentran, y no se andan con rodeos, ni pierden el tiempo con malabarismos intelectuales.
El pintor, el artista en general, quizás sea el que menos sabe bien qué es lo que hace y por qué lo hace. Apenas sabe de sí mismo y apenas sabe el porqué de sus brochazos, de la elección de los colores, y del movimiento y del equilibrio de la composición. El resultado de su trabajo está aquí hoy mismo en esta exposición y nuestro paseo por estas salas será para contemplarlos, para visualizarlos, y escudriñarlos, y sin temor a excederme, a disfrutarlos. Son 5 artistas raros, y digo raros en el sentido estricto de su significado en inglés, excepcionales en su obra, fuera de lo común, quizás como aquel animal esquivo que busca Derzu Uzala en la película homónima, como aquella mariposa que falta en la colección del lepidopterologo y que haría las delicias a Nabokov, o el whiskey mas añejo y artesano que cualquier amante del escoces está buscando denodadamente.
Really rare.
Myriam Ruiz-Acal